Con áspero candor le temo al tiempo
resuena en mi mente fuerte tu memoria
recuerdos y caprichos que desilusionan;
un porvenir triste o feliz sin ti me desespera,
pero tu imagen, que espero clara prevalezca,
me apacigua... y nada al olvido se la lleva.
Tu sombra es el único horizonte en la vista
En tu ocaso perdido contengo cada respiro,
orgulloso, en vano trato de engañarme
la única luz que me alumbra emana de tu ser.
Extraño el ensueño de tu dulce voz,
que frunce como tú, tan rápida y sincera,
de una sola estocada limpia y certera,
cada palpitar de mi rendido corazón
y que tal vez envaine la esperanza
de que tu voz tal vez ajena, tal vez lejana,
convalezca la emoción, que en un futuro,
de nuevo paso a nuestro amor...
Hoy afloran al suelo mis varios deseos
crecen y yacen desde la profunda tierra
altas ramas llenas de vida besan al cielo
qué triste aguarda tu delicada caricia.
El amanecer parece estar a un largo camino,
pero sin dudar, con el tiempo y tu dulce cariño
los frutos que caen y expiran de tus labios,
de fresca fragancia y tersa roja piel,
caerán y crecerán en suave hermosura,
esperando al sol para volver a nacer.
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